martes, 3 de junio de 2008

Reparar o desechar

¿Alguna vez os habéis preguntado a dónde irá a parar toda la basura no orgánica que generamos? Me refiero a la multitud de cositas y cosas que son tiradas diariamente a la basura- para mi artículo no haré diferencias sobre si se tiraron en el punto limpio o en la calle- sin ninguna impunidad.

Llevamos varias décadas desprendiéndonos alegremente de todo aquello que no nos es útil, sin preocuparnos de su posible utilización por otras personas o incluso por su reciclado. Hace unos años encontré tirados en la calle un buen par de altavoces para frecuencias agudas- también conocidos como “tweeter”- y a mi me pareció casi milagroso. Sin pensarlo los llevé a casa y desmonté. No tardé en averiguar cual era la avería que les había llevado a tan inmundo lugar y los reparé. Entonces, bajé al Ford Fiesta 1.1 ghia que usaba yo por aquel entonces-con el permiso de mi madre, verdadera dueña del coche- e instalé los altavoces. El pobre radio casette estéreo MX-Onda parecía otro. Nunca supuse cómo unos buenos altavoces pueden convertir la fuente sonora más humilde en el más precioso de los equipos de alta fidelidad. Y todo, partiendo de productos encontrados en la basura, desechados como inútiles.

A donde quiero llegar es que este ritmo de destrucción/compra de aparato nuevo para sustitución es insostenible. Con los materiales plásticos con que se fabrican todo tipo de aparatos que luego son desechados sólo se contamina. Su tratamiento es realmente costoso. Y sin embargo, muchas veces estos aparatos pueden seguir dando servicio, y desde luego, pueden estar en sitios donde no contaminen. Además, cuando reparamos un aparato, en lugar de comprarlo, contribuimos a que se fabriquen menos unidades de productos nuevos. Que conste que no estoy en contra de la investigación y del desarrollo tecnológico, todo lo contrario. Pero creo que nosotros como sociedad deberíamos cambiar nuestra mentalidad.

Recientemente, Hewlett Packard hizo completamente imposible que yo reparara mi impresora de su marca, por una pieza similar al martillo de los oídos de los seres vivos y cuyo coste no es superior a 3 €. Pero hete ahí que HP no quiere vender repuestos. Ellos prefieren que compres otra impresora, cuyo coste medio puede ser de 80€, a que repares la tuya. Esto llevará a que la tires a la basura o al punto limpio, y a que con ello haya otro trasto inútil tapando y contaminando la tierra. Siguiendo mi apuesta por las reparaciones, toqué todos mis hilos y finalmente, conseguí encontrar una empresa donde me vendieron la pieza defectuosa-realmente compré una impresora como la mía, pero rota- y reparé mi impresora. Con los restos de la impresora “donante de órganos”, hice lo que yo mismo propugno: se los dejé a la empresa para que otra persona pudiera aprovechar las piezas, en lugar de tirarla por inútil.

Continuando con mi apuesta, he reparado varios aparatos que no son baratos precisamente, pero he evitado que fueran a parar a donde nadie los necesita: un manos libres bluetooth para mi coche-que por cierto funciona perfectamente-, una PDA con la pantalla táctil rota, una mini cadena de música, un tocadiscos, un decodificador para Televisión Digital Terrestre TDT, un reproductor de DVD/VHS, varios de ordenadores, etc, etc. La lista es bastante larga.

La alternativa habría sido más consumo, más desechos, más degradación del medio ambiente. Por que todos estos aparatos eran necesarios y si no hubiesen sido arreglados, habría tenido que comprarlos.
Aunque yo tenga la suerte de poseer el conocimiento y los medios para reparar todas estas cosas, también están las tiendas dedicadas profesionalmente a ello. Tiendas que recomiendo a quienes no puedan hacer por si estas reparaciones pero que si compartan la necesidad de cuidar nuestro medio ambiente y nuestra economía. Porque a igualdad de precios, entre reparar lo usado o comprar lo nuevo, sin duda alguna me quedo con lo usado.

¿y vosotros?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Probando comentarios anónimos.