lunes, 24 de mayo de 2010

La nueva era

Hace menos de 10 años, revistas científicas hablaban de la Nueva Era que estaba por venir, la Era de Acuario. Que todo iba a ser un remanso de paz, tranquilidad, camaradería y buenas vibraciones.


Ahora que ha pasado el tiempo, ¿cuantos de vosotros sigue pensando que nada ha cambiado?


Yo creo que si que han cambiado las cosas. Se ha demostrado, por ejemplo, que cuando Karl Marx hablaba de socialismo utópico tenía toda la razón del mundo; el mejor de los sistemas que no puede ponerse en práctica por culpa de los que tienen que ponerlo en práctica.


Ha cambiado que ahora vivimos algo mejor que antes:tenemos lugar de veraneo, tenemos dos coches por familia, varios aparatos de televisión y quien más o quien menos, come fuera todos los fines de semana. Y cuando digo fuera no me refiero a comer en casa de los padres o suegros o cualquier otro familiar.


Pero resulta que ahora, vivimos mucho más oprimidos que antes. Ahora somos más individualistas. Ya no existe la conciencia colectiva del mal común y el bien universal. Ahora se ha impuesto el sálvese quien pueda, que primero va lo mío y después también.


Ahora que se supone que tenemos libertad de expresión resulta que nos multan si hacemos un chiste con las caricaturas de los Príncipes de Asturias o nos estigmatizan por decir verdades como puños en la asociación a la que pertenecemos.


Ahora resulta que ya no podemos luchar y ni siquiera tratar de defender lo que creemos nuestro por el miedo infundado a que quiten a los demás lo poco que tienen.


Ahora resulta que hay que abandonar el voto, pues “no vale para nada al estar todos corruptos”


Ahora resulta que hay que dejarse pisotear, pese a los múltiples ejemplos de lucha en contra del sometimiento.


Ahora resulta que eres el enemigo si se te ocurre la feliz idea de salir de la alienación. Ahora resulta que eres conflictivo si pides lo que es tuyo.


Ahora resulta que ya no interesas.


Efectivamente hemos entrado en una nueva era. Y espero que, de seguir así, sea cierta la profecía maya, porque ¿quién quiere vivir en una sociedad así?