domingo, 28 de noviembre de 2010

La culpa NO es de Zapatero.

La solidez y reputación de Alan Greenspan, ex gobernador de la Reserva Federal Estadounidense( lo que para nosotros sería el Gobernador del Banco de España) estaba fuera de toda duda, respetada y alabada por todas las voces de la derecha española. Sin embargo, su sentencia cayó como un jarro de agua fría sobre las aspiraciones electorales del candidato de la oposición “La culpa ES de los mercados” Ese ente etéreo y fantasmagórico, ese avatar sobre el cual echar la responsabilidad de los fracasos propios.

Habían sido demasiados años de bonanza, de pelotazos urbanísticos, de pelotazos monetarios en los distintos parqués europeos y asiáticos. Un día se levantaban con el pie torcido, o Cuba ganaba a Estados Unidos en la final del campeonato Panamericano de Béisbol, y entonces tocaba hundir una empresa, poner en la calle a 2000 trabajadores o derribar un gobierno.
Levantaban el teléfono, llamaban a su hombre en punta entre las cloacas de Wall Street y de golpe y porrazo el índice Dow Jones decía que la prima de riesgo España-Alemania se había disparado un 18%.



Otro día, sus amigos de la vieja metrópolis, decidían junto con sus socios fundadores de la CECA(Confederación Europea del Carbón y el Acero) que había que hacer algo para impedir que estos descamisados se sentaran en la misa mesa decisoria que ellos.
Y entonces, aprovechando que el acrónimo de los cuatro países del sur de Europa más Irlanda es lo mismo que ellos- PIGS- se dedican a quebrar la confianza de todas sus economías.



Primero se les aprieta, subiendo el precio del dinero y devaluando su producto interior bruto, tanto como si estuvieran asesinándolo a garrote vil. Pero antes de llegar a la muerte, se les relaja la presión y obliga, conmina a hacer reformas económicas de alcance para evitar males mayores.
Los gobiernos de Portugal, Irlanda, Grecia y España(P-I-G-S) se ven obligados a subir sus impuestos, congelar o incluso bajar sus salarios, alargar los tiempos de cotización para alcanzar la merecida jubilación, despedir trabajadores públicos, regalar el despido a los empresarios.



Y una vez conseguidas estas cuestiones, tal y como puede verse en España, se descubre su verdadera faz. Sigue sin crearse empleo-y dicen “la culpa es de ZP”- sigue sin reducirse la prima de riesgo nacional-y dicen “la culpa es de ZP”-sigue sin mejorar la confianza de los mercados en nuestros países -y dicen “la culpa es de ZP”-sigue subiendo el déficit público -y dicen “la culpa es de ZP”-siguen sucediéndose los despidos masivos y los ERES -y dicen “la culpa es de ZP”- sigue aumentando el pánico general -y dicen “la culpa es de ZP”



Pues no, no es de Zapatero la culpa. Ya tienen todas las medidas que querían. Y ahora ¿qué?



Comportándose como niños malcriados, que caprichosos insisten a sus padres para la consecución de sus antojos bajo promesa de mejorar su actitud y una vez satisfechos sus perversos deseos, continúan actuando igual.
Siguen siendo los mismos tipos los que un buen día deciden que tu país tiene que ir a la quiebra. Que les pertenece. Que hasta tu vida misma les pertenece. Ellos,que se creen los amos del mundo. Esos, que cuando se vieron en apuros fueron rescatados por los gobiernos que ahora quieren derrocar a golpe de talonario. Ya no hacen falta dictadorzuelos tiranos agitadores de conciencias nacionales y roturas patrias, ahora basta con caerle mal al broker bursátil de turno.



Por eso, y visto todo lo visto, vuelvo a citar las palabra de Alan Greenspan

La culpa NO es de Zapatero.